Machuca dirigida por Andrés Wood, es, a mi parecer, una de las mejores películas del cine nacional. Cuenta la historia de Gonzalo Infante y Pedro Machuca, dos niños de 11 años que viven en Santiago en 1973 y meses antes de que el gobierno socialista de Salvador Allende fuera derrocado en el golpe de Estado que encabezó el general Augusto Pinochet. El primero en un bonito barrio de clase alta y el segundo en una población ilegal ubicada en las cercanías.
Un muro invisible divide los mundos de los protagonistas, un muro que el padre McEnroe, director de un exclusivo colegio, quiere derribar, admitiendo en forma gratuita a hijos de familias pobres en el establecimiento. Es por eso que Machuca e Infante son compañeros de clases y es ahí donde surge su original amistad, llena de emociones y descubrimientos.
Lo que más llamó mi atención, cuando vi esta película, fue el trabajo de los jóvenes actores, Matías Quer y Ariel Mateluna, quienes se meten de lleno en sus personajes, transmitiendo al espectador dulzura e inocencia propia de la edad y de la época. A su vez, Federico Luppi y Ernesto Malbrán, dos actores de larga trayectoria, hacen de este filme una gran película con sus personajes, principalmente Malbrán en el papel del padre McEnroe, un hombre sincero y con buenas causas que proyecta entrega y nobleza. La dirección de Wood demuestra que este director ha ido creciendo en su trabajo con el paso del tiempo, consiguiendo realizar un filme que transporta al espectador a una época diferente y distante, aunque aún latente en Chile. Machuca es un drama que traspasa los tiempos y las décadas, sobre relaciones y diferencias que aunque se base en hace casi 30 años, podemos relacionarlo con los tiempos de hoy. Una película llena de alegría y esperanza que hará que a más de uno le salte una lágrima.
